El principio de Arquímedes es un texto del dramaturgo catalán Josep María Miró dirigido por el cubano Abel González Melo con las compañías Argos Teatro y Los Impertinentes. La obra gira en torno a un supuesto hecho de pedastría que sucede en un club de natación pero que nunca se muestra frente al espectador. El espacio escénico funde dos lugares: el cambiador donde transcurre la historia y la piscina, lugar del supuesto incidente. El diseño propone una simetría/espejo que potencia el recurso dramatúrgico de la retrospectiva como estrategia de la puesta en escena y muestra diversos puntos de vista de un mismo hecho. El diseño apela al azul como elemento simbólico que unido al minimalismo formal recrean una escultura impoluta en contraste con la naturaleza del relato.